
A.Parreño periodista de TVE nos cuenta su experiencia en Haití
Natural de Elche (Alicante), periodista y licenciado en Derecho, Antonio Parreño Bernal, ha protagonizado, esta mañana, una charla con los alumnos de periodismo en la Universidad Complutense en la que ha contado su experiencia en Haití, un acontecimiento excepcional, de gran magnitud.
El terremoto de Haití fue registrado el 12 de enero a las 16:53:09 hora local (21:53:09 en España) con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital de Haití. El sismo habría tenido una magnitud de más de 7 grados y se habría generado a una profundidad de 10 kilómetros. Antonio que actualmente trabaja como redactor y enviado especial para TVE recibió una llamada y sin dudarlo se puso camino del desastre. A la una del medio día llegaba al aeropuerto.
Los efectos causados sobre el país más pobre de América Latina han sido devastadores. Calculándose que el número de muertos podría llegar a los 250.000, numerosos heridos [y ha dejado a sin hogar a un millón de personas. Se considera una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia.
Lo primero que hizo el periodista fue contactar con los equipos especializados, con Bomberos Sin Fronteras, “me fui en el mismo vuelo y gracias a ellos conseguimos pasar la frontera”. Allí se encontró con una ciudad en ruinas, cadáveres esparcidos por la calle, cientos de familias viviendo a la intemperie…
Tuvieron algunos problemas logísticos: el aeropuerto estaba cerrado, escasez de gasolina (había que limitar el uso del vehículo), los teléfonos móviles no funcionaban, la comunicación con Madrid era muy complicada. Fue uno de los primeros en llegar a Puerto Príncipe pero en pocas horas empezó a llegar muchísima gente, ayudas y periodistas.
Los principales ministerios del gobierno haitiano estaban destrozados, también la presidencia incluso la propia sede de la ONU donde murió el jefe de la misión esto colabora en el colapso. “Fue una cierta pesadilla logística” afirma Antonio. El embajador español herido tuvo que ser trasladado. Era un verdadero caos.
Desde Madrid gran demanda de información, “se trabajaba de sol a sol” y Parreño dormía en tienda de campaña incluso en el coche, según el periodista, en estas aventuras no se puede dormir en hoteles (a pesar de que algunos compañeros se hospedaron en ellos).
Se produce una avalancha de periodistas, todos los medios quieren tener presencia en Haití, sobretodo los medios de EEUU. Hay una saturación, reportajes en cada telediario, una gran presión de trabajo lo que repercute en el tiempo de dedicación a cada reportaje. Eso te crea gran frustración, no puedes pararte ni un segundo para ayudar a un chico que intenta sacar a sus hermanos sin vida de los escombros.
Un circo mediático tanto por parte de lo periodistas como de las ONG´S, hay una gran descoordinación hasta que llega el despliego militar estadounidense, 10.000 soldados en una semana y toma el control del aeropuerto y finalizan las fricciones por el mando entre Francia y Brasil.
Exageración, tras exageración, explica el periodista. Hubo pillajes pero esporádicos, ya los había antes del seísmo, no se escaparon decenas de presos, a muchos se les liberó por humanidad, siendo simples rateros. La replica del seísmo de seis grados en la escala Richter “yo no la note” dice Antonio Parreño. La presión lleva al riesgo de caer en la exageración.
Un reportaje realizado en El Salvador por Antonio Parreño y Rosa de Santos para TVE se alzó con el Premio de Televisión, con el título Ellacuría, crimen sin castigo y lo cierto es que aunque ya ha visitado muchos países y ha trabajado como enviado especial en muchas zonas lo que vivió en Haití fue impresionante. Vio un panorama tremendo. Como se agolpaban en el puerto y en las estaciones de autobuses cientos de personas que querían huir y por otro lado visitó a los ricos del país con sus mansiones y sus casas intactas.
Natural de Elche (Alicante), periodista y licenciado en Derecho, Antonio Parreño Bernal, ha protagonizado, esta mañana, una charla con los alumnos de periodismo en la Universidad Complutense en la que ha contado su experiencia en Haití, un acontecimiento excepcional, de gran magnitud.
El terremoto de Haití fue registrado el 12 de enero a las 16:53:09 hora local (21:53:09 en España) con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital de Haití. El sismo habría tenido una magnitud de más de 7 grados y se habría generado a una profundidad de 10 kilómetros. Antonio que actualmente trabaja como redactor y enviado especial para TVE recibió una llamada y sin dudarlo se puso camino del desastre. A la una del medio día llegaba al aeropuerto.
Los efectos causados sobre el país más pobre de América Latina han sido devastadores. Calculándose que el número de muertos podría llegar a los 250.000, numerosos heridos [y ha dejado a sin hogar a un millón de personas. Se considera una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia.
Lo primero que hizo el periodista fue contactar con los equipos especializados, con Bomberos Sin Fronteras, “me fui en el mismo vuelo y gracias a ellos conseguimos pasar la frontera”. Allí se encontró con una ciudad en ruinas, cadáveres esparcidos por la calle, cientos de familias viviendo a la intemperie…
Tuvieron algunos problemas logísticos: el aeropuerto estaba cerrado, escasez de gasolina (había que limitar el uso del vehículo), los teléfonos móviles no funcionaban, la comunicación con Madrid era muy complicada. Fue uno de los primeros en llegar a Puerto Príncipe pero en pocas horas empezó a llegar muchísima gente, ayudas y periodistas.
Los principales ministerios del gobierno haitiano estaban destrozados, también la presidencia incluso la propia sede de la ONU donde murió el jefe de la misión esto colabora en el colapso. “Fue una cierta pesadilla logística” afirma Antonio. El embajador español herido tuvo que ser trasladado. Era un verdadero caos.
Desde Madrid gran demanda de información, “se trabajaba de sol a sol” y Parreño dormía en tienda de campaña incluso en el coche, según el periodista, en estas aventuras no se puede dormir en hoteles (a pesar de que algunos compañeros se hospedaron en ellos).
Se produce una avalancha de periodistas, todos los medios quieren tener presencia en Haití, sobretodo los medios de EEUU. Hay una saturación, reportajes en cada telediario, una gran presión de trabajo lo que repercute en el tiempo de dedicación a cada reportaje. Eso te crea gran frustración, no puedes pararte ni un segundo para ayudar a un chico que intenta sacar a sus hermanos sin vida de los escombros.
Un circo mediático tanto por parte de lo periodistas como de las ONG´S, hay una gran descoordinación hasta que llega el despliego militar estadounidense, 10.000 soldados en una semana y toma el control del aeropuerto y finalizan las fricciones por el mando entre Francia y Brasil.
Exageración, tras exageración, explica el periodista. Hubo pillajes pero esporádicos, ya los había antes del seísmo, no se escaparon decenas de presos, a muchos se les liberó por humanidad, siendo simples rateros. La replica del seísmo de seis grados en la escala Richter “yo no la note” dice Antonio Parreño. La presión lleva al riesgo de caer en la exageración.
Un reportaje realizado en El Salvador por Antonio Parreño y Rosa de Santos para TVE se alzó con el Premio de Televisión, con el título Ellacuría, crimen sin castigo y lo cierto es que aunque ya ha visitado muchos países y ha trabajado como enviado especial en muchas zonas lo que vivió en Haití fue impresionante. Vio un panorama tremendo. Como se agolpaban en el puerto y en las estaciones de autobuses cientos de personas que querían huir y por otro lado visitó a los ricos del país con sus mansiones y sus casas intactas.